Tenemos estos días a medio país maldiciendo a los argentinos (a todos menos a Messi o a Higuaín, en función de nuestras filias futboleras) por el ataque de la Presidenta Kitchner a nuestra querida Repsol; y al otro medio maldiciendo las armas de fuego, que últimamente están mermando la salud de nuestra amada Familia Real.
Y es que los españoles somos así. Tenemos un sentido del patriotismo, cuanto menos, peculiar. Nos sentimos ofendidos en lo más profundo de nuestro ser cuando unos muñecos de látex franceses hacen mofa de los casos de dopaje de nuestros deportistas, que como las meigas, haberlos, haylos. Hasta el Gobierno creó un gabinete de crisis y nuestro Ministro de Deporte, con cara de enfurruñado, llamó a su homólogo galo para decirle que ya se estaban pasando. Como no censuréis a los guiñoles, me enfado y no respiro - le llegó a advertir. Ahora bien, si el Primer Ministro Sarkozy dice que España es un país tercermundista en un mitin, el Partido Popular en bloque dice ¡Oui Messie!, pero por culpa de Zapatero. Que las insinuaciones de Nicolas hacen caer la Bolsa y disparan la Prima de Riesgo, pues que le vamos a hacer, si es que el marido de Carla Bruni está en campaña y ahí, como en el amor y en la guerra, todo vale; a los Populares se lo va usted a decir.
Y es que el dúo Zapatero Moratinos hizo mucho mal a la imagen de España en el exterior. No me lo puede usted negar, eran unos flojos. Nos secuestraban barcos y cooperantes todas las semanas porque nos tomaban por el pito del sereno. ¡Oiga! que el PP les llegó a acusar de no hacer lo suficiente por recuperar el peñón de Gibraltar y hasta de negociar con Mohamed VI la devolución de Ceuta y Melilla.
Ahora las cosas son bien distintas. Que rueda de prensa la de los Ministros Soria y García-Margallo. Que pose, que seriedad y que poder de convicción. Y esa Soraya diciendo aquello de Este gobierno no anuncia medidas, ¡las toma!. Y yo les creo; si consiguieron recuperar un par de docenas de cabras de la militarizada Perejil, no van a poder recuperar YPF para nuestro amigo Brufau.
Hay que darlo todo por Repsol. Esa gran empresa que cuando sube el petróleo nos sube la gasolina y cuando baja el precio del barril, no nos la baja para no volvernos locos con tanta subida y bajada. Que no crean ni un nuevo puesto de trabajo de fronteras para dentro pese a sus pingües beneficios, no pasa nada, somos capaces de entender que los departamentos de Administración y Atención al Cliente salen más baratitos teniéndolos en Sudamérica. Pero que son unos miles de puestos de trabajo y un puñado de euros por depósito, comparados con el orgullo de poder oír el himno nacional viendo el logotipo de la petrolera cubriendo el menudo cuerpo de Dani Pedrosa.
Si es que no podemos ser de otra manera teniendo un Jefe de Estado tan campechano. Que lo mismo le quita el sueño el pensar en los miles de jóvenes parados, que se lía a tiros contra los elefantes de Botswana o que le dice al Real yerno Deja ya de robar y vete pa´los Estados Unidos que luego to´se sabe.
Como escribió el maestro Machado, Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios (...) No se si una de las dos o más Españas ha de helarte el corazón, pero de lo que estoy completamente seguro es de que sentirás agraviado tu orgullo patrio cuando algún futbolista de otro país golpee a uno de los nuestros en algún Mundial. Nunca nos hemos sentido más unidos como nación que contra Tassotti en el 94 cuando le reventó la nariz a Luis Enrique o contra De Jong, por intentar atravesar el pecho de Xabi Alonso, aquel verano de 2010 de tan grato recuerdo.
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