No soy yo muy de despedidas; nunca se que decir cuando me voy y tampoco se que decir cuando alguien se marcha. Además soy de lágrima fácil. Sin entrar en más detalles y como referencia, he de confesar que sigo llorando cada vez que veo Dirty Dancing. Sin embargo, más de cinco años compartiendo jornadas de más de nueve horas con un maravilloso equipo humano merecen que haga un esfuerzo de contención lagrimal, y ya que no envié el correo de despedida de rigor, aprovecho esta nueva afición blogera que me ha salido para despedirme de mis compañeros como es debido.
Pese a que las leyes de la genética han tenido a bien obviar la calvicie de mi progenitor, uno va teniendo una edad. Una edad que me ha respetado los pelos pero no las neuronas, por lo que os pido que si alguno, al leer este post, se siente olvidado, no me lo tenga en cuenta y me perdone. Tened en cuenta que no atravieso por mi mejor momento.
Hoy hace justo cinco años cuatro meses y un día que Joaquín Monfort y un tal Isaac de Gamesa (no recuerdo el apellido; primer olvido) decidieron darme la oportunidad de entrar a formar parte del equipo de Gamesa Solar. Y aunque cinco años cuatro meses y un día suene a condena, nada más lejos de la realidad, ha sido una experiencia laboral y personal difícil de superar.
Han sido más de cinco años intensos en más amplio sentido de la palabra. Más de cinco años que arrancaron al albur del RD 661/2007, Dios al que todos venerábamos y que los más nuevos no termináis de creer que existiera. Y ahí estaba yo 'molestando' con mis medidas de seguridad pidiendo vallas, arneses y líneas de vida; cascos que mataban de calor y chalecos reflectantes que atraían a los mosquitos; pidiendo documentación a espuertas, que a ver como narices conseguíamos de nuestros amigos germanos de Habdank y Schletter. Espero que Jefes de Proyecto y de Obra hayan sabido perdonar tanta molestia. Lo hacía por vuestro bien.
Para mí fue muy fácil trabajar con vosotros: los 'muyayos' Gilberto y Aitor; mis 'compatriotas' Fernando, Aitziber e Idoya, que como rima con Ramón, me da pie recordar a la gente de obra de la Delegación Centro, Ramsés, Juanjo, Francisco y los José Luises; els companys Mireia, Joaquim, Paco y Alejandro; los chiquets comandados por Juan, Miguel, Vicente, Javier, Juanjo, José Ángel, Ricardo y José Javier; y los del color especial, los Antonios, Mª Carmen, Carlos, Víctor, Juan y, por supuesto, Rosa.
A estas alturas ya estarán pensando los compañeros de Térmica que me he olvidado de ellos. Nada más lejos de mi intención. Ha sido todo un placer y un orgullo trabajar con Antonio, Pedro, Rafa, Guzmán, Javier, Oscar, Jon, Jonathan, David y hasta con el Rey del tantra.
Tengo que dar las gracias a Antonio Caballé por brindarme la oportunidad de gestionar el Dpto. de Recursos Humanos (o no). Ángel me advirtió por aquel entonces, mediaba 2007, que ya no sólo me iba a tener manía la gente de obra, sino toda la Compañía. Tengo que decir que si ha sido así, lo habéis hecho desde el cariño y mi coche nunca sufrió las consecuencias.
Pero los buenos tiempos no son eternos, y coincidiendo con el fin de la vigencia del RD 661, Gamesa decide vender su división solar; anda que fueron tontos. Y llegó First Reserve, y se creó 9REN; y dejamos de tener la sede en Bilbao para tenerla en Roma. Y llegó Paolo, y Angela, y Massimo, y Antonella, y Sandro, y pude oír muchas veces la famosa frase de Obelix: Están locos estos romanos. No nos hizo falta la poción mágica de Panoramix porque nunca fueron el enemigo, y con mayor o menor esfuerzo aprendimos a trabajar con los compañeros transalpinos. Con el nacimiento de 9REN también llegaron Pedro y Rocío, con los que ha sido un honor trabajar y de los que tanto he aprendido.
La venta también trajo bajas significativas como las de Ricardo, Santiago, Adolfo, Paqui y toda la gente de la fábrica de Aznalcollar con Paco a la cabeza.
Pero la vida siguió y llegó la crisis de verdad, la de la falta de financiación que nos ha hecho ir subsistiendo y ser cada vez menos, a lo cual colaboré y por eso se que a más de alguno al leer ésto le vendrá a la cabeza aquello de: A todo cerdo le llega su San Martín.
Y empezamos a expatriar, y se fue Paolo y llegó Stefano, y se fue Rocío y llegó Nicola. Y si antes habíamos cambiado Bilbao por Roma, ahora cambiábamos Roma por Milán. Y yo, ya fuera, sólo os deseo que tengáis mucha suerte para mantener a flote esta Empresa, que ahora y durante mucho tiempo, consideraré como la mía, y tardaré en dejar de hablar de ella en primera persona del plural.
Gracias a todos por vuestra colaboración durante estos años; gracias al estupendo departamento de Ingeniería; gracias Luís Alberto, Javier, Laura, Pablo, Cesar, Ginés, María, Luís, José Carlos, Teresa, Fran y David; gracias a nuestros 'mantenedores'; gracias Rosa, Antonio, Ramón, Yolanda, Juanjo, Gema, Diana, Sara, Juan Carlos, Víctor, Noé y Raúl; gracias a nuestros necesarios y no siempre queridos abogados; gracias Isabel, Elena, David, Yolanda, Raquel, Angela y Claudio; gracias a los compañeros de Administración, con los que quien más o quien menos ha tenido alguna disputa, pero que ha decir verdad, en estos más de cinco años nunca me ha llegado una nómina tarde; gracias Pablo, Silvia, Sara, Alberto, Javier, Eva, Raúl y gracias a los Carlos, y a Charo, sin cuya presencia como fuente de información y sonrisas, la empresa no sería la misma; gracias al Dpto. de Compras; gracias Pilar, Javier, Oscar y David; y por su puesto gracias a las chicas de recepción; gracias Cristina, Gala, Patricia y María. Y gracias a Rubén por mantenernos siempre conectados.
Como ya dije al principio seguro que me olvido de muchos aunque intente no hacerlo (...) Gracias a J.Abans, a Julián, a Pepe, a Jon, a René, a Carlos y a Luís, a Marcos y a Ascen, a la que aun no se por qué llamábamos Asún, a Verónica, a Jose V., a Alberto, a Enrique y a Daura. Gracias a los compañeros de Almazán, donde terminé pasando muchos buenos momentos. Gracias Rafa, David, María, Susana, Valentin, Carlos, Miguel Ángel, Jesús, Ivan (...)
Y como no, muchas, muchas gracias a los que además de sufrirme como compañero, habéis tenido que hacerlo, algunos mucho tiempo, como jefe; gracias Pedro; gracias Angustias; gracias Sabrina; gracias David; gracias Juan Manuel; gracias Marta; gracias Virginia; gracias Raquel; gracias Alejandro.
Gracias a todos de corazón. Que tengáis mucha suerte (snif, snif) #beintouch
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