Pelos saliendo de las orejas; imposibilidad de optar al slim fit
sin parecerse al Spiderman de la Plaza Mayor de Madrid; sienes plateadas a lo Gardel; Station Wagon en lugar de GT; escuchar cómo se dirigen
a uno con expresiones hirientes tales como "oiga caballero" o
"disculpe señor ¿le importaría...?"; (...)
Descrita así a grandes rasgos la sintomatología no es difícil
adivinar de qué se trata, hablamos de la dichosa crisis de los 40.
Yo que soy un hombre previsor y precavido había intentado
vacunarme frente a ella. Había vuelto a colocar en mi oreja el pendiente que
desapareció durante mis primeros años de universidad; acabo de hacerme un
tatuaje pese a mi nula tolerancia al dolor; e incluso este verano me casé con
una mujer joven y hermosa.
Sin embargo, la triste realidad está ahí. El paso del tiempo es
inexorable y el próximo 21 de diciembre este que escribe cumple 40 años.
Ya ven ustedes lo duro que es y, teniendo en cuenta que la
probabilidad de que el Gordo de Navidad saque de la depresión en la que se ve
sumida una persona de mi sexo y condición es de 1 entre 100.000, les voy a
pedir a ustedes un favor. Les voy a pedir que piensen en mí, y en toda esa
generación a la que llamaron X y que se encuentra en mi misma situación, cuando
vayan este domingo a su colegio electoral. Por favor, no sumen a mis desgracias
otros 4 años más de Rajoy y sus secuaces.
Cumplir 40 años es una ocasión muy señalada. Sean buenos conmigo.
Regálenme un país diferente. Regálenme un país donde los excesos de políticos
sin escrúpulos, comisionistas y corruptos que no dudan en cobrar en B de aquí y
de allá, por esto y por lo otro, no los paguemos los de siempre. Regálenme un
país donde los Bárcenas, los Rato, las Cospedal, los Ignacio Gónzalez, los López
Viejo, los Fabras, las Barberás, los Matas y las Matos, los Arísteguis, los
González Panero, los Granados, las Aguirres, los Ginés López, los Camps, los
Costas, etcétera, etcétera, etcétera, no se lo lleven crudo a costa de
pensionistas, parados, estudiantes y enfermos.
Regálenme una nueva esperanza (the force awakens). Mandemos a esta
derecha rancia y mentirosa a dónde se merece. A la cárcel unos y a la oposición
los otros. No nos dejemos deslumbrar por las desesperadas promesas de última
hora propias de campaña electoral. Ya sabemos que no cumplen ninguna de
ellas.
Prometieron bajar los impuestos y lo primero que hicieron fue
subirlos. Prometieron crear 3.000.000 de empleos y aún no han empezado. Pese a
los injustos recortes en todo aquello que dijeron que no iban a recortar y pese
a la Reforma Laboral ni ha habido ni hay recuperación alguna. Solo en este
último año han mejorado un poco las estadísticas del paro, y han sido solo eso,
las estadísticas. Hoy hay menos gente trabajando y cotizando a la Seguridad
Social que cuando Mariano Rajoy llegó a la Moncloa. No han creado puestos de
trabajo, han destruido trabajadores. Es por ello que una y otra vez tienen que
asaltar la hucha de las pensiones.
Vayan este domingo a votar y piensen en cuál es la mejor forma de
que su voto sirva para liberarnos de esta lacra. Piensen también un poquito en
mí y en mi regalo. Tengan en cuenta que el regalo no solo me lo hacen a mí,
también se lo hacen a ustedes mismos.
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