- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
- ¡Qué hijoputa! - dijo Antonio, uno de los millones de parados que ya no perciben ningún tipo de prestación y que aún no sabe cómo contarle a sus hijos que este año su hogar queda fuera de la ruta de los Reyes Magos y de Papá Noel.
- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
- ¡Qué cabrón! - dijo Miguel, uno más de las decenas de miles de estudiantes que han visto truncado su futuro al verse expulsados de la Universidad por las sucesivas y abusivas subidas de tasas.
- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
- ¡Qué sinvergüenza! - hubiera dicho Antonia si, a sus poco más de 60 años, su alzheimer se lo permitiera, pues como cientos de miles de personas, lleva meses, incluso años, con su solicitud de dependiente en proceso de estudio.
- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
- ¡Qué mamón! - gritaron al unísono Sara y Manuel desde casa de los padres de ella porque ayer la policía los desalojó, junto a sus dos hijos, de su hogar.
- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
-¡No me lo puedo creer! - pensó Sandra mientras adjudicaba una resonancia magnética para dentro de siete meses a una anciana con problemas de cadera.
- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
- ¡Cómo se puede tener la cara tan dura! - dijo Andrés mientras corregía ejercicios a los 37 alumnos que se hacinaban en su aula.
- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
- ¡Qué listo! Eso ya lo sabía yo - ironizó con cara de circunstancias Maribel mientras archivaba su última nómina, la cual le informaba de que era poseedora de 532,27 nuevos euros - Y me puedo dar con un canto en los dientes - pensó resignada a pesar de que su contrato de 40 horas le supusiera en realidad jornadas de 12 horas.
- En muchos aspectos, la crisis ya es historia del pasado.
-¡Ojalá fuera cierto! ¡Ojalá esta sandez la hubiera dicho el típico amigo que siempre anda haciendo bromas de mal gusto!
Pero no es así. No es cierto. Es una broma de muy mal gusto y, lo peor de todo, es que la ha hecho el Presidente del Gobierno de un país con un 24% de paro. Y además, hace esta afirmación para enmascarar su incapacidad para solucionar este problema, punto estrella del programa electoral con el que ganó las elecciones.
Si es verdad lo que decía mi abuela de que cuando te pitan los oídos es porque están hablando mal de ti, ayer Mariano Rajoy debió sentir sus amplios pabellones auditivos cual los túneles del expreso Bilbao - Behobia.
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