martes, 7 de febrero de 2012

LECCIÓN DE DEMOCRACIA


Socialista, químico, barbado y no carente de atractivo (...) Dirán ustedes que a qué viene ahora este ataque de narcisismo, pero obviamente no estoy hablando de mí, sino del Secretario General que los socialistas hemos elegido el pasado fin de semana en nuestro 38 Congreso celebrado en Sevilla.

Vaya por delante mi enhorabuena a Alfredo Pérez Rubalcaba y al resto de la Ejecutiva Federal, y también el deseo de suerte en este duro pero fundamental trabajo que el Partido tiene por delante.

Me resulta curioso ver como en todo este proceso la prensa, la de verdad y la cavernaria, nos acusaba de vivir al margen de la realidad, de enfangarnos en una batalla por el poder sin presentar ni una sola idea. Es verdad que en el Congreso se elegía a la persona que pilotará el Partido, al menos, durante los próximos cuatro años, pero los delegados que votaron, junto con el resto de la militancia hemos trabajado durante semanas en largas sesiones, discutiendo la ponencia marco que servirá de guía para volver a conectar con la sociedad. En mis años de experiencia profesional jamás he estado en una sesión de brainstorming en la que se presentaran 16.000 ideas.

Ponencia Marco y 16.000 enmiendas; decir que en el Partido Socialista se discute sobre nombres y no sobre ideas es como decir que la penalización del aborto propuesta por Gallardón es progresista.

También se nos ha acusado de estar divididos, lo cual no deja de tener su gracia. Debe ser que Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre son uña y carne (...) y que decir de Francisco Álvarez Cascos. Y por lo visto los compañeros de Izquierda Unida Gaspar Llamazares y Cayo Lara son amiguitos del alma, como Camps y El Bigotes, vamos, que se quieren un huevo.

Es normal que las distintas personas que formamos un partido tengamos una visión distinta de cómo hacer las cosas en cada momento. También la tienes en casa con tu pareja, con tus padres o con tus hijos, y no por ello los vecinos van diciendo por ahí que los Gutiérrez, los Hernández o los García están divididos.

Un poco más de la mitad de los delegados que asistieron al 38 Congreso Socialista votaron a un candidato, y un poco menos de la mitad votaron al otro. Y después el 80% de los mismos dieron su apoyo a la nueva ejecutiva elegida por el candidato ganador. Una pírrica mayoría del 80%; me conformo con ganar cada eleción a la que me presente por este discreto resultado.

Los socialistas hemos dado con este proceso un ejemplo de democracia. Probablemente se podría haber hecho mejor. Siempre se puede hacer mejor y en eso estamos, pero el sistema de elección del Secretario General mediante delegados es infinitamente mejor que la elección de líderes de otros partidos.

Independientemente de que haya sido o no el candidato que cada uno de nosotros preferíamos, la inmensa mayoría de los militantes socialistas le apoyaremos a él y a su equipo  por la responsabilidad que siempre nos ha caracterizado. Un Partido Socialista fuerte no es sólo importante para el Partido Socialista, es importante para el futuro de España; fundamental para que la mezcla de ultraconservadores y neoliberales que nos gobiernan no dinamiten en una legislatura décadas de avances sociales.

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