viernes, 21 de abril de 2017

ESTAMOS PARA CUARTO MILENIO

Lo bueno que tienen las largas jornadas de carretera es que le dan a uno la posibilidad de escuchar la radio más de lo habitual. Vaya par de días los de ayer y antes de ayer. 1.200 km amenizados por nuevos y viejos escándalos de los de siempre. 1.200 km en los que apenas me he encontrado Guardia Civil ya que la gran mayoría de sus agentes se encontraban registrando las sedes del Canal de Isabel II, de Indra, de OHL o en la casa del Expresidente de la Comunidad de Madrid.

La aparición del Caso Lezo coincide con las declaraciones  como testigos de Rajoy, Cifuentes y Aguirre en los distintos frentes judiciales que tiene abiertos el Partido Popular. No ha sido fácil concentrarse en la conducción oyendo al Presidente del Gobierno decir que iba a ir a declarar ante el Juez con total normalidad, que ellos siempre han colaborado con la justicia. Es verdad que a Marinao no hay que formatearle 35 veces el disco duro ya que le viene vacío de fábrica.

Decía que no ha resultado fácil concentrarse al volante oyendo llorar a Esperanza Aguirre por la aparición de su enésimo sapo o escuchando a Maruhenda llamar zorra a la Jefa de Gabinete de Cristina Cifuentes. Sin embargo, pese a la sorpresa inicial, debida posiblemente a la aglomeración de acontecimientos, no deja de ser normal que el círculo se vaya estrechando  alrededor de la "cazatalentos". Parece lógico que el que lleva 13 años al frente de un partido que se financia ilegalmente sea llamado a declarar para intentar esclarecer a dónde han ido todas esas comisiones que fueron pagando distintos empresarios a cambio de adjudicaciones públicas. Y a muy poca gente le puede parecer extraño que el Director de la Razón añada a su currículo "presunto delincuente" junto a "presunto periodista".

Lo verdaderamente sorprendente y lo verdaderamente grave de lo conocido en estos días es que el máximo responsable de la Fiscalía Anticorrupción interfiera en la labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para proteger a los corruptos que le han colocado en su puesto y que eso no tenga consecuencia alguna.

Ahora podemos decir que si la culpa de todo la tiene  un PSOE hecho unos zorros que se abstuvo en la investidura. O que la tiene Podemos, más preocupados en pasear el Tramabús y el Castamóvil, que en la gobernabilidad de este país. Se puede también culpar a Ciudadanos por seguir apoyando a un partido que es a la regeneración política lo que Paquirrín al trabajo.

Podríamos. Y posiblemente no nos faltara razón. Pero lo duro del asunto y lo que hace imposible una solución rápida, es que, después de lo llovido en estos últimos días, a pesar de que llueve sobre mojado, si mañana hubiera elecciones, las volvería a ganar el partido de Bárcenas, de Rato, de Ignacio González, de Granados, de Pedro Antonio Sánchez, de Jaume Matas, de Jose Manuel Soria, de Gómez de la Serna, de Gustavo de Arístegui, de Alberto López Viejo, de Benjamín Martín Basco, de Ginés López, de Jose Luís Baltar, de Carlos Fabra, de Jesús Sepúlveda y Ana Mato, de Ricardo Costa, de Francisco Camps, etc, etc, etc.

Hay teorías plausibles sobre el origen del universo, sobre el origen de la Tierra, sobre el origen de la vida y sobre la desaparición de los dinosaurios, pero aún no he escuchado ninguna teoría que explique medianamente el por qué los habitantes de este país votan sistémicamente a un partido que les roba sistemáticamente.


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