El pasado 3 de abril, en el Pleno Ordinario correspondiente a dicho mes, UPyD presentaba una moción tipo (en esta ocasión si se la habían leído y habían escrito Arganda en lugar de Collado Villalba) en la que abogaban por la transparencia en el Ayuntamiento.
Estando de acuerdo con el fondo, tengo que decir que la redacción de la misma presuponía dos cosas que son falsas: que todos los políticos son corruptos y, que los concejales, diputados y cargos electos de UPyD en general, no son políticos.
La respuesta del resto de grupos representados en el plenario fue en esta línea. Todos estuvieron de acuerdo en exigir y autoexigirse la máxima transparencia, pero advirtieron del riesgo que supone generalizar sobre la corrupción política. Si bien es verdad que cada caso tiene una importante repercusión mediática, hay que tener en cuenta que son 3 de cada 1.000 cargos electos los que se encuentran salpicados por la corrupción.
Sin embargo, el respeto por la presunción de inocencia no debe inhibirnos de pedir explicaciones, y responsabilidades si cupiera, a nuestros actuales dirigentes tras una semana en la que Arganda no ha dejado de aparecer en los medios de comunicación.
Abstrayéndonos de si el anterior Alcalde del Partido Popular es culpable o inocente, abstrayéndonos de si el antiguo gerente de la Sociedad Municipal de Fomento y Desarrollo, puesto a dedo por el PP, es culpable o inocente, lo que no podemos negar es que los tejemanejes de ambos con los cabecillas de la trama Gürtel y los empresarios afines, tienen a Arganda sumida en una deuda que asfixia a los vecinos e inutiliza la capacidad de actuación del Ayuntamiento.
Por eso hay que pedirle explicaciones a Pablo Rodríguez Sardinero, actual Alcalde de Arganda, que, si bien no está imputado, está haciendo todo lo que está en su mano por dificultar la acción de la justicia. No lo digo yo, lo denunciaba ayer la Cámara de Cuentas en su informe y lo publicaba el diario El Mundo: Los auditores no han podido localizar en los archivos municipales el expediente administrativo tramitado para la cesión de las parcelas de la UE-124 a la empresa Martinsa. La fiscalización no ha podido determinar el cumplimiento de los requisitos que exigen las leyes.
En dicho informe, además de criticar el oscurantismo del Equipo de Gobierno, se tira de las orejas al actual Alcalde por la pésima gestión que hace del dinero público, poniendo como ejemplo la construcción de la piscina de La Poveda, que se adjudicó por 3 millones de euros y que finalmente costó 4,9. Un insignificante aumento del 61,54% que estamos pagando a medias entre todos los vecinos.
Y si ayer El Mundo sacaba los colores al Alcalde, hoy en El País, Alejandro Daganzo, actual Concejal de promoción y Desarrollo Económico, y Concejal de Urbanismo entre los años 2003 y 2011, cuando se gestaron las "cosas feas" que aparecen en el sumario Gürtel, no se pone ni colorao, admitiendo que cambió a su antojo los baremos de adjudicación de obras públicas para favorecer a un empresario, compañero de partido y exedil de un pueblo vecino, mediante un subterfugio que él denomina regla de 3 inversa. Se queda más ancho que largo afirmando que no es ilegal y que además nadie se quejó.
En el Partido Popular, en general, nos toman por tontos, y en Arganda en particular, por muy tontos. Aplicando esta regla de 3 inversa han llegado a la conclusión de que cuanto más nos suban los impuestos, cuanto más nos suban las tasas, cuando más convenios firmen para que los servicios nos salgan más caros, (...), en resumen, cuanto más dinero le saquen al vecino para repartirlo entre sus amigos, más votos van a tener.
Esta regla de tres es lo más simple, pero los políticos y economistas, cabezas pensantes, lo ignoran. Buena entrada
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